Autor: Kary Rojas
Porque la vida está llena de decisiones...
Tu decides que camino tomar, que deseas hacer o pensar...
Ante las miradas o comentarios, que te ofrecen los demás; tu decides
que acoges o que has de rechazar; nadie más que tu sabe lo que te
puede hacer crecer o lo que te pueda afectar; está en tus manos
decidir si los demás te hacen reír o llorar...
Si alguien a quien amas, te falló o se equivocó... tu decides si
perdonas o dejas que se apodere de ti el rencor... solo tú sabes si
quieres la paz para tu alma, o que se llene de resentimiento tu
corazón...
Y si se te presentan problemas que puedan tener o no solución; tú
decides si angustiarte o tomar las cosas con serenidad; recuerda que
si algo se puede solucionar, no tienes porque afanarte, solo buscarla
y luchar; y si no la tiene, la vida sigue, no hay porque desgastar
nuestras fuerzas en algo que de ahí no da para más...
Si caes en tu caminar, tu decides levantarte y continuar; o quedarte
ahí lamentándote y esperando a que otros te mimen, se compadezcan y
dejar tu meta escapar... recuerda que caer no es fracasar; el dolor
no deforma sino que transforma, lo que no te mata te fortalece, y se
saborea más el triunfo, cuando se alcanza con esfuerzo y sacrificio,
que cuando se logra regalado o con facilidad...
En un mundo que te ofrece mil caminos que tomar, tu decides que
quieres para tu vida, está en tus manos elegir lo que creas te hará
ser feliz de verdad... tu decides luchar u obtener todo con
facilidad o comodidad; tu decides hacer cosas grandes y no dejar de
luchar, o quedarte en un mismo punto, conformarte con lo que se te
de, y no ver lo que hay más allá...
Tu decides si crees en el Dios Amor, o si sigues buscando respuestas
que nunca lograrán llenar tu corazón... Dios no te presiona a que lo
ames, El te ama sin condición...
Es cierto que no decides amar ni dejar de hacerlo; porque es difícil
mandar en el corazón; pero sí decides si ese amor te hace crecer o si
te destruye porque no es correspondido o no resultó ser lo que tanto
habías querido...
Y cuando alguien muy amado, le tocó partir... tu decides si continuas
porque la vida ha de seguir... o si renuncias a todo y prefieres
morir aunque tu corazón no deje de latir...
Tu decides ser feliz o quejarte de todo, sin poder descubrir las
bendiciones que a diario, Dios tiene para ti...
Tu decides sentir paz, aún en el reír o llorar; o fingir lo que no
eres, lanzar carcajadas al aire, que oculten lo que has decidido
asumir en los momentos difíciles o en los de prosperidad...
Eres tu quien tienes la libertad que Dios te ha dado para decidir lo
que quieras hacer de tu vida, si quejarte y lamentarte por lo que no
tienes o disfrutar de todo lo que posees...
Tu decides de que vas a alimentar tu espíritu, si de personas,
pensamientos, lecturas que te fortalezcan e iluminen tu camino o si
prefieres optar por aquello que por más que lo recibas, tu alma y
corazón se sienten aún más vacíos...
Tu decides si te dejas amar por el Amigazo, o si sigues buscando
llenar tus vacíos con aquello pasajero y efímero que más que paz te
llena de ansiedad y no te ayuda a experimentar la Grandeza del Amor
de Dios.
Recuerda... eres TU QUIEN DECIDES, en tus manos está...
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