viernes, 25 de febrero de 2011

Opción

Desesperada

Agatha lloraba en silencio, el hombre al que amaba, su compañero, su amigo, su marido estaba irremediablemente cerca de la muerte y él nada quería hacer para detener esta situación. Se había rendido cobardemente. No importaba que sus amigos le apoyaran, a él no le importaba nada mas que él mismo. Dejó de sonreir, dejó de soñar, dejó de vivir.

Marcos dormía plácidamente a su lado, mientras ella en silencio intentaba reprimir los espasmos involuntarios causados por sus lágrimas. Las crudas palabras egoístas de su marido le hacían sufrir y sentir que se apagaba lentamente junto con el

Agonizar

En silencio ella vio como él se hundía cada vez mas. No quería luchar y atentaba contra su vida una y otra vez. Gritó y pataleó, pero el ya no veía nada... solo había oscuridad, aún cuando a su alrededor brillaba la mas clara y pura luz para él, Marcos se negaba a verla.

Su familia no se daba cuenta de lo que pasaba, nunca se habían dado cuenta de nada

Esperanza

Agatha en su desesperación tomó a Marcos de la mano y lo llevó a caminar. Conversó con el por horas, le mostró amaneceres y atardeceres, intentó hacerle reir y disfrutar. Le contó mil y una historias de vida, de lucha, de amor. Intentó e intentó...

Él nada decía, solo escuchaba atento en silencio.

- No dejes de luchar, por favor - Le pidió suplicante con lágrimas en los ojos - Estamos juntos en esto

Él la observó y nada dijo


Así sin mas, Marcos murió. Algunos fueron a despedirle. Agatha caminó en silencio al féretro y lo observó, allí yacía él con el rostro angelical que ella siempre había amado, pero ya no tan dulce, sino mas bien con una coloración amarillenta a causa de la descomposición. Se acercó a su suegra y la abofeteó con ira.

Esa fue la última muestra de algún sentimiento de parte de Agatha. Nunca volvió a sonreir, nunca más cantó una canción, nunca se casó de nuevo. Rompió en silencio todo lo que alguna vez la hizo sonreir. La única parte de su alma que era feliz había muerto junto con él. Se fue apagando en vida, hasta que se convirtió en un cuerpo sin nada mas que ofrecerle a la vida.

Los años hicieron que los demás se olvidarán y Marcos pasó a ser nada más que la sombra de un recuerdo. Nunca hizo nada en su vida, nunca luchó por nada, nunca obtuvo nada, para el mundo él ni siquiera existió. Sus penas y alegrías no sirvieron para nadie, nadie aprendió de él.

Solo fue un cobarde que pasó inadvertido.

Dicen que hay una sola tumba en todo el cementerio que siempre tiene flores... Edelweiss, Dicen que son regadas con las lágrimas de una de las personas que creía en él, dicen que era una mujer que le amaba por completo, dicen que ella murió abrazada a esa tumba, sola.


Así sin más Marcos comenzó su tratamiento. Fue un proceso largo, difícil y algo doloroso pero casi no lo notó, pues sus amigos estaban con él. Agatha estuvo en cada momento acompañándole y cuando lo dieron de alta decidieron hacer un cambio completo.

Marcos se enfrentó a su familia y por fin pudo liberarse por completo. Hizo una gran fiesta para celebrarlo. Se fueron de la ciudad y Agatha compró una nueva casa, tal y como siempre la habían soñado. Mensualmente sus amigos iban a visitarlos y tenían grandes reuniones llenas de alegría y risas, risas que en unos años se complementaron con las de sus hijos que corrían por el jardín. Se perfeccionaron en sus trabajos y lograron renombre mundial. Crearon nuevos sistemas de educación y cambiaron la visión del sistema. Fue un camino complicado, pero se tenían el uno al otro para apoyarse. Sin darse cuenta llegaron los nietos y las alegrías se multiplicaron aún más.

Y la vida los reclamó, murieron juntos, abrazados en su cama, con una sonrisa de satisfacción en los labios. Habían hecho todo lo que debían.

El funeral fue multitudinario, llegaron amigos, familiares y gente a la que nunca habían conocido, pero que los admiraban. Hubieron lágrimas y risas. Dicen que ese cementerio nunca había estado tan lleno. Pese a los años la tumba de ambos siempre está llena de flores frescas, Edelweiss, Gerberas, Siemprevivas, Rosas, etc.

Una vez al año, sus familias y amigos iban a recordarlos, se sentaban juntos y comentaban sus logros. Se convirtió en una tradición que traspasó generaciones.

Hoy en día es altamente frecuentada, es una visita obligada de turistas de todo tipo, en especial de aquellos jóvenes profesionales o que comienzan el periodo universitario y que se encuentran desorientados en sus labores educativas. Ellos suelen dejar lápices sobre la lápida en forma de agradecimiento.



La vida no tiene sentido, tu le das el sentido que quieras, tu decides por tí que es lo mejor... tu decides que camino tomar...

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