Solo había oscuridad y nada mas.
A lo lejos un faro se encendió y como un ciego, desesperada, siguió la luz, solo para terminar de darse cuenta que esa luz jamás había sido para ella.
Se quedó de pie sola. Observó al cielo, pero nada había allí.
Nunca tuvo nada, nunca existió algo para esa chica en aquel lugar.
Un rostro conocido apareció frente a ella. Le ofreció su mano y ella aceptó.
- Solo es un sueño... un sueño y nada más - Dijo el
Derrotados, ambos amigos continuaron su camino en busca de alguna luz de amor para ellos.
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